viernes, 20 de abril de 2012

El oscuro

Un nuevo jefe llegaba y necesitaban una oficina para él solito, como no había ninguna disponible echaron de su oficina a un tal Martín el cual no se caracteriza por caer bien a la gente. Se dedica a hacer bromas de la gente y su bordería rebosa allá donde va. El tipo se puso a buscar una nueva oficina para él cabreado como una mona porque le habían echado de la suya. Fue preguntando oficina por oficina si el lugar era tranquilo y ninguna le convencía por no comentar que ni siquiera se atrevió a preguntarle a mi ex-jefe que tiene tres sitios libres y la oficina es la más de tranquila. Después de hacer su recorrido sin convencerle ninguna, entra en la mía y parece que ha llegado a la ideal: mi compañero alias la Planta que no hablaba ni saludaba ni aunque le fuera la vida en ello, mi compañera que está a horas contadas y el chino en frente mío que no es muy comunicativo que digamos, por lo que era el santuario perfecto para el tal Martín. El único problema es que no teníamos espacio pero eso no pareció detenerle. Entra, mira a su alrededor y se dirige a la Planta. Mira te importaría mudarte es que me gustaría venirme aquí. Era la típica pregunta de "cortesía" donde sólo hay una respuesta sobre todo cuando la persona que la formula tiene más rango que tú. La Planta respondió que no se preocupara que recogería sus cosas esa misma semana y así fue como mi compañero de oficina con el cual no había dirigido palabra en más de 8 meses fue echado de la oficina de malas maneras por otro personajillo de la clínica. Y ahí es cuando la frase "mejor malo conocido que bueno por conocer" cobró un  nuevo significado para mí. Total que hablara más o menos no me molestaba después de todo.

Lo primero que hizo Martín fue quitar una planta, no la planta de mi compañero que ya se la había quitado de encima si no la buena que separaba las dos oficinas. Según él porque cuatro estanterías vacías que ya habían en la oficina no era suficiente para poner sus cosas. Y una vez la hizo quitar mandó a los obreros a montarle un mueble para él solo. ¿Pensé yo que traerá este hombre que necesita tanta estantería en la oficina? No tardé mucho en averiguarlo, dos cajitas de té y tocar los huevos. Por si fuera poco también se trajo una mesa de vete a saber donde para poner su tetera pues el señor Martinez no puede hacerse el té como cualquier hijo de vecino en la cocina si no en la oficina para tocar lo que no suena.

Cuando la oficina estuvo a los gustos del señor se trasladó y lo primero que nos dijo fue ¿Os importa apagar las luces?. Vaya que nos dejaba a oscuras. Es que yo llevo gafas prosiguió y se me reflejan y antes de acabar la explicación ya había apagado las luces. Bueno había luz fuera la cosa no pintaba tan mal ... A continuación abría las ventanas para que nos muriéramos de frio y se iba de la oficina. Vaya que sólo venía a decir la suya y luego no lo veías eso si de vez en cuando sacaba la cabeza en la oficina para ver que todo seguía a su voluntad y volvía a desaparecer. Así hasta la media tarde donde podía volver a tocar los huevos. Claro, sobre las 4.00 de la tarde, el sol baja y suele reflejar a las pantallas. Él que está ubicado justo al lado de la ventana por lo que se ve le molesta la luz de fuera por lo que vuelve a dirigirse a nosotros y pregunta: ¿Os importa que cierre las persianas?. Sin esperar respuesta como siempre las cerró y nos dejó en la más completa oscuridad para él al poco desaparecer otra vez como siempre. En ese momento debía leer un paper que tenía impreso pero no había manera. Me empecé a cabrear yo sola que no veía un pimiento y como sobre las 17.00 ya suelo irme y quería acabar la fiesta en paz bobeé un poco y ya me fui a casa con un cabreo impresionante. Empecé a echar de menos a las plantas ...

Y así fueron pasando los días como era habitual nos apagaba las luces con la cantinela de siempre de las gafas que dime que tendrá que ver, pero a medida que el día se hacía más largo al menos nos permitía la persiana abierta hasta última hora y así  pudimos sobrevivir sin tener que buscar trabajo en la ONCE.

Y por si fuera poco también me perjudica en mi trabajo. El otro día estaba ejecutando un programa en uno de los servidores de la clínica que llevaba más de 4 horas ejecutando y estaba esperando los resultados en breve. Pues el señor Oscuro, mote que le viene al dedo, me dice van a quitar la electricidad de la clínica apaga tu programa. Yo le contesto que no podía. Y el muy altanero como siempre responde muy bien tú sabrás si quieres perder todos tus datos. Resoplo para no decirle unas cuantas y paro la ejecución. Si no puedo usar los servidores poca cosa puedo hacer. El tipo se va como es habitual, no sé lo que trabajará, y viene a su hora oficial de tocar lo que no suena las 4.00. Le pregunto si ya han restablecido la electricidad y automáticamente se ríe y me dice, ah no hacía falta. Será canelón el Oscuro, he perdido un día de trabajo que necesitaba esos resultados, por no decir que tenía que esperar a obtenerlos otra vez y él ni siquiera esperaba decirme nada si no le pregunto. Respiré hondo lo puse a ejecutar de nuevo y me marché cabreada como de costumbre.
Pero no sólo me hace la vida imposible a mí, ah no !!!, a todo el que pilla. El otro día mi compañero chino le sonó el móvil en la oficina y al terminar de hablar el Oscuro se acerca a él y le dice a ver si bajas el sonido del móvil que me da sustos. El chino bajó la cabeza y le dijo un ok, por no decirle otra cosa y se fue. Lo que me hace gracia es que le molesta el sonido del móvil pero a nosotros no nos puede molestar la tetera todo el día que deja el agua se va y ni siquiera se lo toma. Vuelve y a encenderla otra vez porque se le ha enfriado el agua. No he hablado mucho del tema con el chino, bueno de ningún tema, pero yo creo que también está hasta la coronilla del tipejo este y hace lo que yo cuando se cabrea se va. ¿Qué opción nos queda?.
 Y encima también controla a los de la oficina de al lado que antes estaba separada por una planta y ahora por su armario de cuatro estanterías para poner su cajita de té. Acababa de llegar sobre las 12.00 del mediodía y dos compañeros estaban conversando sobre un problema de la tarjeta sanitaria. Pues el Oscuro que parecía que necesitaba una capacidad mental total con absoluto silencio para abrir una caja que tenía sobre la mesa. Se levantó, se asomó a la otra oficina y les dijo fuera se está muy fresco eh?... se ríe con la risa tonta de prepotente que tiene y dice: estoy intentado trabajar. Mis otros dos compañeros se quedan con una cara de póker y como tienen más vergüenza que él salen al pasillo. De mientras el Oscuro vuelve a su asiento y abre la caja. Y dime para qué carajo quería tanto silencio para abrir una caja, ni que fuera una bomba por dios. Vete a saber lo que había ahí que al momento ya se volvió a ir. El caso era.... en fin no me repito más. Ya veo que lo habéis cogido.

Y así estamos desde la actualidad con este tipo en la oficina que no hace el huevo y casi siempre desaparece eso si justo antes de apagarte las luces, si es media tarde cerrarte las persianas o abrirte las ventanas de par en par aunque sea pleno invierno mientras él está .... vete a saber !!. Que paciencia hay que tener.