sábado, 5 de noviembre de 2011

El autobusero que no sabe contar y me saca de mis casillas

Hoy he tenido un día bastante malo y frustrante y como siempre recurro a vosotros a través de mi blog donde mis tensiones quedan liberadas a través de mis palabras y me ayuda a salir adelante. Todo ha comenzado, esta mañana. Estaba muy contenta porque iba a ir a la oficina de tasas a hacer unas gestiones, a comer a mi lugar favorito en Freiburg, un restaurante japonés donde se sirve el sushi en mesas rotatorias,  y para acabar al ikea a acabar de comprar las cositas que me faltan para mi nuevo apartamento. El plan salía a pedir de boca, completé mis gestiones en la oficina de tasas sin problemas, me puse como el tio quico en mi sushi, vaya que tuve que pagar extra y todo porque me comí un plato de más y ya sólo me faltaba la guinda para un día perfecto. Cuando me dirigía al autobús para ir a ikea aún me quedaba esperar un poco por lo que aproveché y prepare el dinero para pagar. Tenía un poco de chatarra de 20 y 5 centimos y me la quería sacar de encima por lo que la conté y me la guardé en la mano para darle los 2.10 euros exactos que es lo que vale un ticket. Si, hijos sí una pasta !!. Al poco llega el autobus y le digo un ticket a ikea y le doi las monedas. Pues le entra un arrebato, y me dice y ¿esto que es?. Yo pienso dinero que va a ser?... pero no digo nada y prosigue. Como quieres que cuente esto?. Pero que me das?. Todo cabreado delante de toda la gente de la cola. Empieza a suspirar y decir ya he perdido la cuenta. Se ponía a mover las manos con cabreo me volvía a mirar, esto no es eh?. Yo me puse como un tomate todo el autobús mirándome y encima este que es más concurrido que la madre que lo parió. Yo con sigilo le contesto ya lo he contado yo, está correcto. Y que?. Que lo hayas contado tú?. Ya he perdido la cuenta, bueno da igual. Y lo meté al final con el resto de dinero sin contarlo. Pero que esto no es, me repite. Me da el ticket y me meto para adentro con una cara que parecía un tomate y con un cabreo que no me aguantaba. Pero será capullo, no me había pasado en la vida. Siempre he pagado los tickets con chatarra de toda la vida, y no se me ha quejado ningún tio. Y como que no sabía contar monedas de 50, 20, 10  y 5 centimos por el amor de dios que estamos hablando de 2 euros con 10 !!. Ya de la tabla de multiplicar ni hablamos, no?.

Me bajé muy ofuscada con ganas de perder de vista a ese tonteras de merluzo de conductor, que menos mal que no es médico porque si no, nos mata a todos el tio y me dirigí al ikea. La verdad que un sabado tarde, estaba petado de gente y para encontrar algo era bastante complicado. Era muy agobiante y hacía mucha calor. Al final conseguí comprar las cositas que tenía en la lista, y las que no. Y cuando ya estube satisfecha con mis compras me volví al autobús. Por si volvía el tonteras ese le preparé los 2.10 con dos monedas una de 2 euros y otra de 10 centimos, pensado que con eso no tendría problemas no sea que tengamos que inventar la moneda del 2.10 centimos, el muy atontado. Por suerte era otro no tenía ganas de volverlo a ver después de la que me lió. Se llenó a tope el autobús pero encontre un sitio libre para mi y mis bolsas. Cuando de golpe dos paradas después, en Messe, empieza a entrar gente a mogollón. La gente no cabía y muchos se quedaron fuera. Cuando llegó mi parada me levanté. Iba cargada a morir con dos bolsas una la grande típica de ikea y la otra mi mochila del barça que siempre me acompaña. Cuando de repente me quedo atrapada entre la gente y no podía salir.  Intenté abrirme paso y una pedazo de bruja me empieza a empujar pero a lo bestia con su misma espalda. Yo no me podía mover y le decía por favor quiero salir. Y la tía salta yo no me muevo. Será cabrona. Tenía medio cuerpo doblado, las manos sosteniendo las bolsas que estaban parte apoyadas en la silla y la cabeza hacía delante intentando hacer palanca. Señora porfavor quiero salir. Y la señora que no, no me muevo. Total que otra de su calaña que también estaba de pie y estaba viendo el percal me dice  me quiero sentar, dejame sentarme. Pero señora le digo yo cabreada no ve que llevo dos bolsas y que la mujer esta no me deja salir. Ahí ya es cuando la que dio el empujon fui yo cuando justo en ese momento el autobús ya se ponía en marcha. Una mujer de menor edad unos 30 volvió a abrir la puerta. Y yo pegué un vozarrón al conductor y le grite noo, por favor. Pareció oirme y al final abriendome paso como pude conseguí salir. Al salir no pude evitarlo y solté será gilipollas la tia salió de mi garganta a pleno pulmón. No se si me oiria pero los que estaban al lado seguro. Pues será guarra que le digo que quiero bajar y me chulea. Total que me voy a esperar a otro transporte público, esta vez el tramvía por lo que se me ponen un grupo de mocosos al lado, y me empiezan a echar escupitajos justo al lado. Cuando ya llevaba el tercero el muy guarro, me giro y no se como lo debí mirar que paró. No estaba para bromas y tenía unas ganas impresionantes de darle donde no suena. Últimamente no estoy para hostias. Por fín llegó el maldito tranvia que me dejó en casa, me bajé y me iba cagando en todos mentalmente. Ya estaba agotada, harta de salir de mi apartamento en la luz del día y encontrarme con lo mismo lo raro es que vaya todo bien. Cada vez que salgo en este maldito pueblo me encuentro con alguna grosería. Ya me dieron paciencia ya, pero esperemos que me hayan dado suficiente para el casi año y medio que me queda !!.

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